Psicología del color

La psicología del color estudia el efecto de los colores sobre la conducta humana. Como parte de la psicología, entendida como ciencia médica, se considera una disciplina poco madura. Pese a ello, en otros ámbitos como el diseño, la moda, la publicidad o la arquitectura, su estudio se tiene muy en cuenta.

Origen de la psicología del color

La historia del color empieza con Aristóteles y su descubrimiento de lo que llamó “colores básicos”. Estos colores tienen relación con el agua, el cielo, la tierra y el fuego. Al cabo del tiempo, Leonardo Da Vinci, basándose en la definición de los colores básicos de Aristóteles, los clasificó en amarillo, azul, verde y rojo y agregó otros dos, el blanco como receptor de todos los colores y el negro, representando la ausencia de los mismos. Ya en el siglo XVIII, Isaac Newton demostró que la luz blanca se forma por una banda de colores, que se puede separar por medio de un prisma y no que el prisma producía estos colores como se creía anteriormente.

La descomposición de la luz blanca a través de un prisma
La descomposición de la luz blanca a través de un prisma

De la mano de Wolfgang Goethe, poeta y científico alemán, se inicia lo que conocemos en la actualidad como psicología del color. En su tratado “Teoría del color” y oponiéndose a la perspectiva de Newton que decía que el color era algo estrictamente físico, indica que lo que vemos de un objeto está condicionado por nuestra propia percepción y no únicamente por las características físicas de este.

En la actualidad, el estudio sobre la teoría de los colores mejor valorado es el de la socióloga y psicóloga alemana Eva Heller (1948-2008), en el que desarrolla la relación entre los colores y los sentimientos o sensaciones que transmiten. Relaciones que, lejos de ser casuales, son inherentes a nuestro propio lenguaje y pensamiento.

Usos de la teoría de los colores

El color es fundamental en el aspecto de un producto así como en el reconocimiento de las marcas. Por esto, el uso de la teoría del color es esencial en el ámbito del marketing y la publicidad. De hecho, existen diferentes estudios que indican que la valoración inicial de un producto se da en los primeros 90 segundos de interacción con el consumidor y entre el 62% y el 90% de esa valoración se basa en el aspecto del objeto.

En el caso del logo de una marca, su color define la personalidad de esta y, en última instancia, la personalidad de la marca incide sobre la intención de compra.

Las marcas buscan asociar su logo a determinadas sensaciones.
Las marcas buscan asociar su logo a determinadas sensaciones.

A pesar de la importancia de la psicología del color en la publicidad y los diferentes estudios que avalan cierta relación entre el color y el proceso de venta, sería un error hacer generalizaciones. Esto es debido a que el mismo color puede tener efectos diferentes en personas distintas, según su sexo, edad o cultura.

Significado de los colores

A continuación, enumeraremos los principales conceptos con los que se asocian los colores más extendidos:

  • Amarillo: El color del sol. Se asocia con optimismo, felicidad, intelecto y energía.
  • Rojo: El color de la sangre y el fuego. Va ligado a la fuerza, el peligro, el amor y la fuerza.
  • Azul: El color del cielo. Simboliza lealtad, sabiduría, confianza y verdad.
  • Naranja: Combina las sensaciones del rojo y el amarillo evocando felicidad, creatividad, éxito, fascinación o entusiasmo.
  • Verde: El color de la naturaleza y, por tanto, del crecimiento, la harmonía, la frescura y la fertilidad.
  • Violeta: Aúna el rojo y el azul indicando poder, nobleza, lujo, creatividad e independencia.
  • Blanco: Se asocia con la luz y, por extensión, con el bien, la pureza y la inocencia.
  • Negro: Va ligado a la muerte, el mal o el misterio, pero también a la elegancia y el poder.

El color en la iluminación

El color o, de forma más exacta, la temperatura de color de la iluminación afecta de manera directa en nuestro estado de ánimo y favorece determinadas respuestas emocionales. La tonalidad de la luz nos puede influir de forma decisiva en nuestro estado de ánimo.

Las luces de tonalidades cálidas se recomiendan en estancias como dormitorios o salas de estar, ya que contribuyen a crear una atmósfera más acogedora. A su vez, una luz fría se utiliza en cocinas, oficinas o colegios pues, este tono de luz más azulado, favorece la concentración.

A la hora de elegir la iluminación de una estancia debemos tener en cuenta las actividades que se realizarán en ella.

También disponemos de luces RGB que nos permiten iluminar con cualquier color que deseemos y que nos aportaría diferentes sensaciones en la estancia en función del color elegido.

Como vemos, aunque cada persona pueda reaccionar ante un color de forma distinta, según la psicología del color existe cierto consenso, sobre todo entre individuos con un trasfondo cultural similar, respecto a las sensaciones que transmite un color u otro.