Salas blancas

Muchas veces hemos visto u oído hablar de salas blancas, puede que sin saberlo. Son las típicas habitaciones que aparecen en películas o documentales donde la gente se pone unos trajes especiales y se descontamina antes de entrar. ¡Descubramos algo más acerca de estas instalaciones!

sala limpia

Concepto de sala blanca o limpia

Entendemos por sala blanca o sala limpia un espacio cerrado que permite mantener unos niveles de contaminación extremadamente bajos.

El ambiente del interior de este tipo de salas se encuentra bajo rigurosos sistemas de control, los principales parámetros que se controlan son:

  • Iluminación.
  • Geometría y acabados interiores.
  • Número y dimensiones de partículas en el aire.
  • Temperatura seca y distribución de la misma.
  • Temperatura húmeda y distribución de la misma.
  • Flujo de aire: velocidad y dirección, así como su distribución en la sala.
  • Presión interior del aire y su distribución.
  • Protección contra incendios.
  • Protección electrostática.

Aunque en general, una sala limpia se ajusta a esta definición muchas veces. En muchos casos también se consideran salas blancas aquellas que, pese a no ser tan exigentes con la pureza del aire, presentan unos requisitos muy estrictos es cuanto a la no presencia de campos electromagnéticos.

Este tipo engloba, además de las propias salas blancas, espacios donde se emplea maquinaria muy sensible a este tipo de interferencias como: salas de rayos X, salas de resonancia magnética, salas de cableado de alta tensión, etc.

Orígenes

Las primeras salas limpias, aunque realmente no lo eran, empezaron a desarrollarse en el ámbito sanitario a finales del s.XIX. En aquella época, los microbiólogos y cirujanos se dieron cuenta de que las infecciones, al menos las producidas por las bacterias que contenía el aire del quirófano, se reducían de forma considerable cuando había una ventilación intensa.

Así mismo, se demostró la necesidad de esterilizar el instrumental quirúrgico y de aplicar ciertas normas de vestuario e higiene en los usuarios de la sala.

La primera sala limpia moderna fue diseñada por Willis Whitfield (6 diciembre 1919 – 12 noviembre 2012) un físico norteamericano, en 1960. Su principal innovación consistía en integrar en la sala un flujo de aire constante muy filtrado, que expulsaba las impurezas al exterior.

Willis Whitfield junto a una sala blanca
Willis Whitfield junto a una sala blanca

Aplicaciones de las salas limpias

Este tipo de instalaciones se emplea en sectores cuyos procesos requieren un aire sin impurezas. Son muy comunes en el desarrollo de productos microelectrónicos y en la industria farmacéutica, aunque también se emplean en ámbitos como:

  • Micromecanismos.
  • Óptica.
  • Biotecnología.
  • Medicina.
  • Alimentación.

Cabe señalar que aunque tengamos dos salas con la misma clasificación, en función de sus dimensiones, ámbito de aplicación, carga de trabajo, etc. se emplearan unos materiales y tecnologías concretos.
Características y clasificación de las salas blancas

Existen diferentes estándares para la clasificación de estos espacios, como ISO 14644-1 o FED-STD-209E, que los agrupan en clases según el número de partículas del aire.

ClaseNúmero máximo de partíclulas/m3
≥0.1 µm≥0.2 µm≥0.3 µm≥0.5 µm≥1 µm≥5 µm
ISO 110
ISO 21002410
ISO 31,00023710235
ISO 410,0002,3701,02035283
ISO 5100,00023,70010,2003,520832
ISO 61,000,000237,000102,00035,2008,320293
ISO 7352,00083,2002,930
ISO 83,520,000832,00029,300
ISO 935,200,0008,320,000293,000

Los valores de la tabla son acumulativos. Por ejemplo, en una sala de clase 3 las 237 partículas en la columna de 0.2 µm incluyen también las de un tamaño superior. Por otro lado, los valores que no se muestran en la tabla, o bien son tan bajos que no son medibles de forma fiable o son tan elevados que no merece la pena establecer un límite.

Una sala clase 9 se corresponde con una estancia corriente sin ninguna sistema especial de filtrado de aire.

Flujo de aire en una sala limpia

En las salas blancas hay un flujo constante de aire altamente filtrado que podemos diferenciar en función del tipo de movimiento del aire en turbulento y laminar.

Flujos de aire turbulento y laminar
Flujos de aire turbulento y laminar (imagen: wikipedia)

En un flujo de aire turbulento o multidireccional el grado de pureza se consigue “diluyendo” la contaminación mediante la aportación de aire limpio.

Por otro lado, en una sala con un flujo de aire laminar o unidireccional (ya sea vertical, horizontal o inclinado) este atraviesa de forma uniforme la sala de forma que la contaminación se elimina sin posibilidad de que disemine.

Independientemente del tipo de flujo de enlace, podemos diferenciar sistemas abiertos o de circuito cerrado. Estos últimos son muy comunes, por ejemplo, en proceso donde se emplean sustancias tóxicas.

Otros factores a tener en cuenta

Aunque el sistema de ventilación es crítico para mantener los niveles de descontaminación de la sala hay otros puntos que debemos considerar.

Contaminación personal

Sin duda una de las fuentes principales de microorganismos en una sala blanca son los propios usuarios de la misma. Por esto, en la mayoría de ocasiones, se debe llevar una vestimenta adecuada que se usa exclusivamente dentro de la sala.

Niveles de humedad y electricidad estática

Ha de ser mantenerse constante entre el 40%-60% para que no se produzca electricidad estática. A su vez, en ningún momento debe existir condensación.

Además, la instalación de disponer de una red de tierra independiente de la del resto del edificio con una resistencia muy baja donde se conectarán todos los dispositivos eléctricos, mobiliario, etc.

Temperatura

La temperatura de la sala viene determinada por el tipo de actividad que se realiza en ella. La tolerancia en la temperatura es muy limitada, en determinadas industrias puede ser de apenas ±0.5°.

La exigencia en cuanto a control y estabilidad de la temperatura, exigen que los sistemas de frío/calor, control y regulación, además del propio aislamiento de la sala, sean de las máximas prestaciones.

Iluminación en salas blancas

Al igual que en cualquier otro espacio, la iluminación debe proporcionar la cantidad de luz necesaria para las actividades que se van a desarrollar. Dado que los procesos que se realizan en ellas suelen requerir un alto grado de precisión un sistema lumínico de calidad se hace imprescindible.

A diferencia de otro tipo de instalaciones, la iluminación de una sala blanca supone una parte ínfima de los costes de esta, tanto en la parte de instalación y puesta en marcha como en la de mantenimiento o consumo de energía.

La dificultad al diseñar el sistema de luces la impone el, muchas veces escaso, espacio que queda para las luminarias. Ya que, dependiendo de la clase de la sala, la superficie que ocupa el sistema de ventilación suele ocupar más del 90% de la disponible.

Finalmente disponer de luminarias con un índice de reproducción cromática alto es muy recomendable, ya que no distorsiona los colores.

Por todos estos motivos la iluminación LED es la opción más recomendable. Su diseño es muy adaptable, es extremadamente eficiente y la calidad de la luz es muy elevada.

Paneles LED no magnéticos

Una excelente opción para iluminar hospitales, laboratorios o espacios donde los procesos a desarrollar limitan la presencia de campos electromagnéticos son los paneles LED no magnéticos.

Panel LED no magnético
Panel LED no magnético de alta luminosidad (5200lm)

Estos se caracterizan por estar construidos con materiales que no interfieren electromagnéticamente y cuyo driver está perfectamente apantallado. Por otro lado presentan un altísimo rendimiento LED y factor de deslumbramiento (UGR) reducido.

Ahora ya conocemos un poco más en qué consisten las salas blancas y para qué se suelen utilizar.

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